“Tuvimos la oportunidad de estar
en un entrenamiento y vimos que lo cuidan mucho, incluso salieron todos por un
lugar y a él lo llevaron por otro”. Quien habla es Ludmila Manicler, la
sampedrina que jugó la temporada pasada en el Barcelona y, por si queda alguna
duda, la referencia de a quien cuidan es a Lionel Messi, de quien cuenta
otra anécdota: “Un día nosotras con Flor (por Florencia Quiñones, la otra
argentina que jugó con ella en el Barsa) estábamos con la mochila de AFA, Messi
nos reconoció la mochila y nos saludó muy bien”.
Más adelante en el diálogo volverá a recordar esos
momentos que quedarán marcados con los nombres rutilantes del blaugrana danto vueltas al lado,
porque lo más trascendente para su carrera no fue el saludo de los “famosos”
sino el valor de haber jugado una temporada en Europa con al agregado del un
título conseguido: “La verdad es que no esperaba que mi primer título con un
club fuera el Barcelona, pero desde que llegué me encontré con un equipo muy
competitivo y con gran calidad de jugadoras y apuntábamos a ganarlo”.
- Tuviste que esperar un tiempo,
pero finalmente llegó la posibilidad de jugar allí…
- Sí, porque hace 4 años
que el Barcelona se contactó conmigo pero no pude ir por una cuestión del pase.
En ese momento había descendido al Nacional A, luego ascendió y el año pasado
ganó su primer título que fue la Copa de la Reina, y a partir de ahí quisieron
reforzar el equipo y aspirar a ganar la liga.
- ¿Cómo es el sistema de juego del equipo femenino, en
comparación con los varones?
- El sistema instalado por Pep lo tienen todas las categorías,
incluso nosotras. Siempre se juega mucho por afuera y el 4-3-3 es un modelo a
seguir. Teníamos que hacer lo mismo que hace el equipo mayor en la medida que
podíamos, porque no teníamos el equivalente a un Iniesta, a un Xavi….
- Tampoco un Messi…
- Tampoco un Messi, pero teníamos chicas con mucha calidad y pudimos
ganar.
- El 4-3-3 es un sistema táctico, pero el concepto debe ir más allá
de ese sistema...
- Sí, y cuando vos llegabas antes a los entrenamientos, veías a los chicos jugar igual que la primera división. Además tienen una cantera
increíble…
- ¿Y a esos chicos los buscan en cualquier lado del planeta?
- Hay muchos asiáticos, muchos de Africa, algunos que les
roban al Real Madrid. Nosotras éramos una plantilla de 20, y por partido
entrábamos 18 y nosotras (con Florencia) fuimos las primeras no españolas.
Había una mexicana pero nacionalizada española porque estaba en el país hace
años. Sí hay algunas portuguesas jugando en la liga, algunas norteamericanas…
- ¿Cómo es la vida en Barcelona?
- Es una ciudad hermosa, para recorrer, con mucho turismo. Tenía
tiempo de sobra para recorrer a la mañana o a la tarde y entrenábamos a la
noche, de 8 a 10 de la noche, salvo los martes. Porque no había cancha se
entrena todo lo que ellos llaman fútbol base y ocupaban las canchas y cuando
terminaban ellos, empezábamos nosotros. Si viajábamos el fin de semana nos
concentrábamos, pero la mayoría de los desplazamientos largos lo hacíamos en
avión. Visité sampedrinos, hay muchos argentinos y la verdad es que la pasé muy
bien. Yo fui con Florencia Quiñones, una chica a la que ya conocía de la selección
argentina y ya había sido campeona con San Lorenzo, y que me vino muy bien
porque se hace difícil estar lejos de la familia. Los varones están instalados en La
Masía, y nosotras vivíamos en un departamento del club que está en la esquina
del Camp Nou, que compartíamos con Flor y otra compañera que venía de San
Sebastián.
- ¿Y con qué rivales se encontraron?
- Es más pareja que la de los varones. Había 17 equipos y como
España fue campeón europeo sub-19 y tiene chicas muy buenas que están
distribuidas en varios equipos y eso lo hace más parejo. Si bien nosotras
fuimos punteras desde que empezó el campeonato recién entre el tercer y cuarto
puesto fue más holgado, siempre el Bilbao nos siguió siempre y en la fecha
final pudimos ganar el título aunque con el empate nos clasificábamos
campeonas.
- En la liga BBVA se las localías son muy fuertes, ¿aquí
también?
- El director técnico siempre hacía hincapié de nunca
subestimar al rival y de visitante las canchas son más chicas, el público mete
más presión. A nosotras no nos seguían tantos aficionados pero había más que en
Argentina. Se siente sobre todo de visitante y los resultados eran más
apretados afuera.
- ¿Los medios también le dan más trascendencia?
- Sí, nosotros tuvimos mucha prensa en los diarios y en la TV
de Cataluña, y hasta nos han reconocido por la calle. Y en otras ciudades está
pasando lo mismo porque tuvimos partidos televisados de visitante pero porque
jugaba el Barcelona. Además Marca TV, el canal de la revista Marca, televisaba
un partido de la liga femenina y mi familia los veía por Internet.
- ¿Ustedes entrenaban siempre en La Masía?
- Sí, en el mismo predio que los varones y allí crucé
sobre a varios de los jugadores, sobre todo en la pretemporada nuestra y me
saqué un par de fotos con algunos de ellos. Pep Guardiola un día pasó enfrente
nuestro y Flor no lo podía creer. Todos te saludaban sin problemas , incluso cuando
yo iba a fisioterapia me cruzaba con Villa porque estaba lesionado y siempre
nos saludaba todas las mañanas y me hizo firmar unas camisetas.
- Si, todo porque la mayoría tenía cancha sintética y lo
padecí todos los partidos con alguna molestia. Acá solamente tienen
Boca y River, pero entrenar todos los días se me hacía muy difícil y era
imposible adaptarme. Y me lesioné el ligamento del codo por un caída que creo
que en césped natural no me hubiera pasado. Tenía dolores de espalda por era
como caer sobre cemento.
- ¿Eso fue determinante para no volver a Barcelona, a pesar de
tener comodidades?
- Hablé con el técnico porque no quería hacer muchas
modificaciones en el plantel y agregar 22 jugadoras porque van a jugar la champions.
Yo no jugué tanto, sin embargo él me dijo que quería contar conmigo pero yo
tenía otros planes, estudiar y volver al país, donde voy a jugar en Boca, que
en octubre juega Copa Libertadores… y pensar en la selección para el
año que viene.
- Una decisión nada sencilla…
- Me costó porque lo pensaba todos los días y lo hablé mucho
con mi papá porque no es fácil estar lejos de tu familia y a mí me salvó mucho
Flor, que se lesionó los ligamentos cruzados, decidió operarse allá y tendrá hasta mitad de temporada recuperándose. Yo estaba haciendo lo que me gusta y no me arrepiento para nada porque todo
es experiencia e iría de nuevo. La temporada se hizo muy larga porque fueron 40 partidos
sin descanso salvo para las fiestas y yo no venía acostumbrada a eso. El
técnico lo tomó bien aunque le hubiese gustado que me quedara pero yo quedé contenta porque entré en
varios partidos y me entregué al máximo.
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