Poco más de un mes pasó desde el final de la segunda participación olímpica de Julio Alsogaray, que lo ubicó en el 11er. lugar cuando las expectativas eran mayores, fundamentalmente porque los antecedentes generaban que el acercamiento a las medallas no fuera una quimera.
"Fue un juego olímpico complicado porque no
salieron las cosas como queríamos y nos quedamos con las ganas de entrar en la
medal race (regatas por las medallas). Fuimos con las ganas de estar en la lucha entre los 5 o 6 primeros pero comenzamos desprolijos y en el cuarto día tuvimos que salir a arriesgar y me
pasé en la largada y quedé con pocas posibilidades. Y sí, me quedó un sabor amargo porque sabíamos que podíamos conseguir
un mejor resultado pero dimos todo en la preparación, en lo técnico y en la parte
física, pero no pude correr de la mejor manera. Fue un campeonato muy duro donde unos 15 timoneles tuvieron opciones de entrar en la zona de diploma, hubo bastante viento y si analizamos la clasificación vemos que solamente los dos primeros
tuvieron regatas excelentes y el resto también tuvo malas regatas, como me pasó
a mí", cuenta Julio y en ese relato parece abarcar todos los detalles de lo que pasó en la bahía de Weymouth, la sede de las regatas.
- ¿Y cómo sigue ahora tu carrera?
- Por lo pronto paré de correr en Láser, porque tuve un año y ocho
meses de un apreparación muy dura, si contamos desde los Panamericanos de Guadalajara. El objetivo para el año que
viene es claro, buscar otra clase y divertirme allí aunque voy a seguir en Láser porque las otras opciones son caras,
ahora estoy navegando en F.18 y la estoy pasando muy bien.
- De manera que podemos decir 'Rumbo a Río 2016...
- Sí, rumbo a Río 2016
pero antes hay otros campeonatos y objetivos de todo tipo como los juegos de playa y además debe continuar el apoyo
del ENARD pero eso tiene que servir para que haya un trabajo de base, para que haya más chicos
compitiendo no solamente en Láser, sino en 49er., en 4.70 donde los
chicos ganaron la medalla (N. de la R: De la Fuente y Calabrese) que tiene poco barcos en la Argentina.
Mientras la voz de Julio llega telefónicamente desde Buenos Aires, Nicolás Schargorodosky - en el estudio - que fue su entrenador en los juegos aporta su visión, similar por cierto, sobre lo cucedido: "Julio
llegaba con
expectativa, incluso más que los chicos que ganaron la medalla, por todos los
antecedentes y porque estaba 2º en el ránking. Pero había unos 10 o
12 timoneles en condiciones similares y de segundo
podías pasar a estar doce. De todos modos, no fue el descalificado el que
lo sacó de la zona de
medalla, sino la irregularidad que tuvo en todo el campeonato. Llegado
el momento, había que
arriesgar y en la primera regata salió bien porque la ganó pero en la segunda
se pasó
en la largada. Igualmente estaba hablado, había que arriesgar y lo hizo.
No
salió bien".
- Pero pudieron festejar con el bronce del 4.70 y así el deporte siguió con su aporte de medallas...
- Sí, es el quinto juego consecutivo que el yáchting trae una medalla. Al igual que Julio, sabíamos que si había otro
equipo con
posibilidades de medalla eran los chicos que la ganaron. Cuando nosotros terminamos de competir, queríamos irnos
a
Londres pero nos quedamos, esperamos porque las condiciones no eran las
mejores
para correr y hay que armarse de paciencia, pero tuvimos una gran
alegría con
los chicos que ganaron.
- ¿Te sorprendió en su momento cuando Julio te convocó para que fueras su entrenador?
- No del todo porque con Julio tengo
una amistad desde chiquitos cuando competíamos en optimist, luego fuimos rivales
directos en Láser, y después del selectivo de Australia en diciembre del 2011,
él no estaba muy conforme con su entrenador, vio la opción de elegirme a mí, lo
habló con el técnico de la selección y consideraron que yo podía ser por conocer la clase. A partir de febrero empezamos a trabajar
juntos, porque la rivalidad es solamente en el agua, con el objetivo de llegar
a una medalla.
- ¿Qué cambió en tu caso desde Beijing '08, cuando fuiste entrenador de Cecilia Carranza y este juego?
- Para nosotros, un Juego Olímpico es igual a un campeonato normal porque no
tenemos relación con otros deportistas y nos conocemos, aunque se le agrega el entorno
mediático. Cecilia Carranza
en Beijing ’08 era una deportista que no estaba formada y tuvimos que
trabajar sobre eso; pasó de estar en el ránking mundial 30 a pelear un diploma
y quedó 12ª pero el proceso fue de formación y salió bien porque mejoró mucho.
Con Julio fue distinto porque él llegaba como un profesional, con logros, ya
formado y había que acompañar eso y también fue muy lindo. También a nosotros nos llegó el dinero del ENARD porque te facilita toda la logística y el apoyo económico que es fundamental para
crecer. Antes, el entrenador era lo primero que resignaba el deportista
para achicar gastos.
- ¿Y vos volvés a navegar en la clase Láser?
- Bueno, mi tarea de entrenador con Julio terminó con los juegos, y no voy a volver a la clase porque es una clase muy
física, muy exigente. Tengo la posibilidad desde la federación de seguir como
entrenador, pero hay una clase que es 49er, que es olímpica y panamaricana y voy a pasar allí con
Frank Piccini, que es de Gualeguaychú y va a ser mi compañero dado que ya tiene
experiencia en la clase. En esta clase somos 4 barcos y nos vamos a juntar con
el resto para coordinar esfuerzos pero
si hubiera más barcos, tenés que terminar compitiendo fuera del país. En
setiembre se corre el Gran Prix Cerrato en Olivos, y en octubre la semana de
Buenos Aires en el YCA y vamos a probar el barco.
Mientras pasó la segunda experiencia olímpica para Julio y Nicolás - como deportista y entrenador respectivamente - ambos descansan y piensan en el futuro a largo plazo. en el corto, el asado prometido se cumplía unos días después de realizar la nota.
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