Kévin Espíndola fue el único representante argentino que tuvo el boxeo en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se desarrollaron en Nanjing, China. Si bien por una rara situación no pudo pelear, el sampedrino que ayer estuvo en Tablero Deportivo junto a su padre y entrenador, Camilo, aseguró que se quedó con bronca pero que la experiencia fue muy buena.
Entre los 60 jóvenes argentinos de entre 14 y 18 años que viajaron a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing, China, estuvo el sampedrino Kévin Espíndola. El boxeador partió con la valija cargada de ilusiones pero debido a que no llegó a tiempo al pesaje obligatorio no pudo demostrar todo su potencial. "No fue por culpa mía. Estábamos consciente de que había pesaje y yo me acosté temprano. Mi entrenador de la selección me dijo que me iba a llamar. Al otro me despertó y salimos para el pesaje. Salimos tranquilos porque sonó el despertador pero no se si lo hizo atrasado. Fuimos al pesaje y nos encontramos con que estaba todo cerrado y ya no había pesaje. En la segunda pelea que supuestamente tenía que pelear no pudimos hacerlo porque me descalificaron por no presentarme al pesaje. No hubo chances", relató en Tablero Deportivo todavía sin entender la situación.
Además, Espíndola aseguró que en ese momento "tenía bronca" y más cuando vio boxear a los demás participantes ya que según él "podría haber sido campeón". "Es una lástima no haber podido pelear pero hay que seguir luchando y no bajar los brazos. Tengo que estar tranquilo y seguir con el boxeo que es lo que más me gusta", agregó el joven.
A pesar de no haber podido participar, el sampedrino dejó en claro que la experiencia fue muy buena porque conoció mucha gente y pudo entrenar con otros boxeadores de diferentes países. Agregó que todo lo relacionado a la Villa Olímpica fue muy bueno y que el trato de las personas también fue excelente.
El deportista de 17 años estuvo acompañado por su padre y entrenador, Camilo, que se refirió a los inicios de Kévin en el boxeo: "Empezó de chico. A los 15 años fue su primera experiencia y fue complicada porque dio mucha ventaja de peso. Hacía cuatro años estábamos viviendo en San Juan por cuestiones de trabajo y allá, con su hermana (Agostina), empezaron con el tema que querían ir a boxeo. A mí el deporte siempre me gustó y los apoyé. La primera que se entusiasmó fue la hermana y luego arrancaron los dos".
Por último, Camilo habló del prometedor futuro de su hijo y señaló que todavía "tiene mucho por delante" y que "si usa la cabeza" va a obtener muy buenos resultados. "Las condiciones las tiene y el apoyo de la familia también. Sabemos lo que es el mundo del boxeo y siempre tratamos de aconsejarlo en el tema de los contratos y eso. La categoría de él es una división que está en los primero planos mundiales y él está entre los ocho mejores del mundo porque en el mundial amateur en Bulgaria quedó 5°. Queremos ver que posibilidades hay de hacer algún festival acá en San Pedro así los chicos se pueden hacer conocer por la gente y ver si alguna vez podemos llegar a tener algún ídolo como Lorenzo García acá en San Pedro", cerró el padre y entrenador de Kévin Espíndola.
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